China ha consolidado su liderazgo global en dos sectores tecnológicos clave: las baterías de iones de litio y la fabricación de semiconductores. En el ámbito de las baterías, empresas como CATL y BYD dominan el mercado mundial, mientras que en el sector de los chips, la producción nacional ha alcanzado niveles récord, desafiando las sanciones internacionales. Este doble éxito en áreas estratégicas subraya la capacidad de China para transformar su economía y posicionarse como un referente en innovación y autosuficiencia tecnológica.
En los últimos años, hemos hablado en múltiples ocasiones sobre la capacidad de China para revolucionar diversas industrias tecnológicas, desde la Inteligencia Artificial hasta la fabricación de maquinaria avanzada. Hoy, este liderazgo es más evidente que nunca, con un crecimiento continuo y sostenido en sectores cruciales como las baterías y los semiconductores. Ambos logran posicionar a China como una potencia mundial, capaz de influir en los mercados globales de manera directa y contundente.
Baterías de iones de litio: liderazgo indiscutido
China lidera con contundencia la producción de baterías de iones de litio a nivel global. En 2024, se estima que el país produce el 80% de las baterías a nivel mundial, con las empresas CATL y BYD a la vanguardia del mercado. Estas compañías representan más del 50% de la cuota global, con CATL liderando con un 38,3% y BYD alcanzando un 16,7%. Este dominio no solo refleja un avance tecnológico significativo, sino también una estrategia nacional de largo plazo que ha permitido a China posicionarse como el principal proveedor de baterías para vehículos eléctricos y dispositivos electrónicos.
El éxito de China en el mercado de las baterías se debe a una combinación de factores. En primer lugar, el apoyo gubernamental, que incluyó subvenciones para la producción y el consumo de baterías más económicas y seguras, ha sido esencial. Desde 2009, la estrategia se centró en el desarrollo de baterías de fosfato de hierro y litio (LFP), que son más asequibles que las basadas en cobalto y níquel. Esta innovación, junto con el acceso a materias primas críticas como el litio, ha permitido a China no solo abastecer su mercado interno de vehículos eléctricos, sino también exportar baterías a otros países, consolidando aún más su dominio global en el sector.
Semiconductores: producción récord a pesar de las sanciones
En el sector de los semiconductores, China ha alcanzado un hito significativo al lograr una producción récord de chips en 2024, superando las expectativas a pesar de las sanciones impuestas por Estados Unidos. La Corporación de Fabricación de Semiconductores de China (SMIC) ha sido una pieza clave en este crecimiento, reportando un aumento del 28% en sus ingresos trimestrales. Este crecimiento se ha visto impulsado por el aumento en la demanda de chips avanzados y la continua inversión en infraestructura para mejorar la capacidad de fabricación, especialmente en los chips de 7 nanómetros.
A pesar de las restricciones internacionales, China ha logrado mantenerse a la vanguardia en la producción de semiconductores. Las sanciones de Estados Unidos han intentado limitar el acceso a tecnología avanzada, pero China ha respondido con un enfoque en la autosuficiencia, desarrollando sus propias capacidades de fabricación. En 2024, la exportación de circuitos integrados de China superó el billón de yuanes en los primeros 11 meses del año, lo que representa un incremento del 20,3% respecto al año anterior. Este aumento refleja la robustez del sector y la capacidad de adaptación de las empresas chinas a las demandas del mercado global, a pesar de las adversidades políticas.
Reflexión final
China ha demostrado una capacidad excepcional para transformar desafíos en oportunidades, consolidando su posición como líder en sectores tecnológicos estratégicos. Su enfoque en la innovación, el apoyo gubernamental y la inversión en infraestructura han sido clave para este éxito. Las baterías y los semiconductores son solo dos ejemplos de cómo China ha logrado no solo posicionarse como un actor clave en la economía global, sino también convertirse en un referente de innovación y desarrollo.
Este modelo de crecimiento y adaptación puede servir de inspiración para otras naciones que buscan fortalecer su competitividad en la economía global. Sin lugar a dudas, el futuro de la tecnología estará marcado por el papel dominante de China, que sigue avanzando en su estrategia de liderazgo en sectores clave.














