Entender cuáles son los puntos atractivos del mercado chino hoy en día no es tarea fácil.
Las noticias parecen a primera vista muy contradictorias:
Vemos el gran éxito de las exportaciones de coches eléctricos, placas solares y otros productos chinos a los mercados globales.
Pero también abundan noticias sobre la crisis inmobiliaria en el gigante asiático y, para los lectores más atentos, circulan artículos que destacan el bajo nivel de confianza entre los consumidores chinos.


Ante un panorama tan confuso no queda otro que investigar más y llegar, desafortunadamente para exportadores de medio mundo, a la conclusión que la economía china (y por tanto su capacidad de consumo) no está pasando hoy en día por su mejor momento.
No obstante, sigue habiendo amplias oportunidades en China, con 1.400 millones de habitantes, especialmente para quienes siguen un puñado de pautas sencillas, pero a la vez imprescindibles:
El e-commerce sigue siendo la fuerza dominante en el país y trabajar con expertos en el campo es una condición sine qua non si queremos triunfar en este mundo hiper competitivo.
La adaptación es clave: el consumidor chino ya no acepta sin rechistar cualquier propuesta comercial extranjera por ser extranjera. Busca conexión con sus tradiciones, le interesa productos que respetan y promocionan valores (ideas, imágenes, etc.) propios del país.
Poca inversión = fracaso seguro. Pero gran inversión no asegura tampoco nada. Si marcas como Bershka, Pull&Bear y Stradivarius salieron de China hace unos años, no habrá sido por falta de recursos… En todo caso, desembarcar en ciudades de 5, 10 ó 20 millones de habitantes requiere de una dotación seria de recursos y por tanto es un factor crítico a tener en cuenta.
Fuente: https://www.cnbc.com/ y elaboración propia












